En el siglo XVI surge en Suiza la corriente protestante anabautista (mas conocidos como Menonitas, por el nombre de su fundador). Menno Simons (1496-1561), holandés de Frisia, codifica la doctrina incorporándole un pacifismo radical.
Quienes siguen su camino son perseguidos sin cuartel por su elección antimilitarista. De Holanda huyen a Prusia y de ahí a la Rusia de Catalina la Grande.
La incesante necesidad europea de hacer la guerra lleva a una gran mayoría a Canadá donde fueron aceptados en 1873 y a Estados Unidos donde desde 1683 hay comunidades menonitas.
Tras la Primera Guerra Mundial el sentimiento antigermano en Canadá crece y se dificulta la enseñanza de las lenguas
germánicas. Por ello, muchos menonitas emigran al norte de México en 1922.
Hoy en día son cerca de 100,000 en el país, tienen un sistema de educación propio y un régimen especial de libertades civiles.
Quienes no están conformes con el desarrollo material emigran a Bolivia, Belice o a otras partes de México.
Ahí establecen comunidades agrícolas tradicionales sin energía eléctrica, motores de combustión interna, teléfono o medios masivos de comunicación y con escaso contacto efectivo con los nativos.
Los menonitas mantienen posturas diferentes ante el progreso material.
Hay grupos moderados que no se oponen al desarrollo y grupos que son más conservadores, eligiendo vivir de
forma similar a como se vivía en el siglo XVI.
Los menonitas hablan plautdietsch que es un dialecto germánico que proviene de Frisia y es cercano al holandés medieval y al flamenco. Con los habitantes de México hablan castellano.
Muy interesante saber y entender el desarrollo de éstas comunidades que dicho sea de paso, son ejemplo a seguir...en cuenta a sus cultivos hay que tomar en cuenta la diversidad ya que el monocultivo a la larga, perjudica.
ResponderEliminarIndudablemente es una gente muy enfocada en sus propositos de produccion agrícola,lamentablemente,no han considerado el interés publico y han incurrido en el desmonte clandestino y la destrucción de miles de hectareas de selvas en la península de Yucatán sin recibir un apremio que los obligue a incorporar medidas de conservacion en sus prácticas agrícolas, al parecer su estatus migratorio los exime de cumplir con las leyes mexicanas en materia ambiental (no me consta).
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